Publicado el 23/11/2010 09:15
Removieron el inofensivo motor de gasóleo y emprendieron el camino de construir el Clase B AMG que nunca existió. Adaptaron su plataforma para ser de tracción trasera mientras que bajo el vano motor introdujeron un V8. Suena fácil en una frase, pero la idea les costó ocho meses de arduo trabajo.
Unieron la planta de poder a la conocida transmisión 7G-Tronic de siete velocidades y aprovechando algunos componentes de un antiguo E430 el Clase B ahora podía transferir los más de 380 caballos del 5.5 litros a las ruedas posteriores.
Las prestaciones finales logradas son una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.2 segundos y una máxima limitada a 250. Entre algunas adaptaciones para aguantar la mayor potencia están unas llantas AMG de 18 pulgadas.
Por dentro la decoración varía ligeramente con unas sillas tapizadas en cuero y alcántara y un volante más deportivo. El tablero de instrumentos ahora está graduado a 300 km/h.
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