Publicado el 19/09/2010 12:43
He de confesarlo: Me enamoré este año de un coche (bueno, de dos, pero el GT-R no cuenta). El Abarth 500 me robó el corazón tras probarlo. Un coche capaz de plantarme una sonrisa en la cara cuando le coges el volante merece tu respeto, y el 500 es así, cargado de carácter, de sensaciones, y de leye...
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