Publicado el 29/07/2010 02:15
Uno de los más grandes atractivos de un Corvette, además de ser uno de los iconos de la industria automotriz norteamericana, es que cualquiera de los motores que puede tener es una auténtica fuente emocional.
Como una opción que se puede encargar está la de asistir y participar en el ensamble de la planta de poder del Corvette que uno acaba de adquirir; si de por sí para sus clientes debe ser algo muy gratificante hacerse un auto como estos, el hecho de tener disponible esa oportunidad es algo que muchos no rechazarán.
Pero como todo capricho tiene su costo, el valor por involucrarse en el proceso de fabricación de este importante componente es de 5,800 dólares. ¿Será que en algún momento algo así se ofrecerá en México?
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