Publicado el 22/05/2013 20:15
Unidad probada
1,199,000 pesos
NOS GUSTA
NOS GUSTARÍA
INTIMIDADES
Hace 10 años, hablar de un V8 biturbo era ciencia oculta para el automovilista promedio. Los turbocargadores sólo eran vistos como una posibilidad mecánica necesaria en los cuatro cilindros para ganar potencia frente al siempre generoso torque que erogaban los dominantes V8 de corte clásico y los raros pero deseados V12. Claro, la evolución también alcanzó un par de décadas atrás a una generación de V6 dotados del soplo mágico de la turbina, oportunidad de ejemplares japoneses en carrocería egoísta vulgo coupé.
Pero los tiempos cambian y la demanda por más potencia e inmediatez en la respuesta por parte de entusiastas más pudientes abre una brecha ya explorada en el pasado reciente por firmas Premium.
Sin aspavientos
Casi no hay indicios que delaten sus capacidades velocistas excepto los anagramas en parrilla y cajuela, enormes discos delanteros con pinzas de seis pistones y un mínimo alerón que bordea la tapa del tercer volumen. Las siglas que sí extrañan son las de V8 T. Porque no es común evocar este propulsor a pesar de que ya existen en el mercado las opciones de BMW y Cadillac, con sus respectivos dispositivos de turbina y supercargador.
Por dentro el énfasis deportivo de la casa aflora mediante los asientos específicos en gamuza y piel, diseño vistoso antes que envolvente; esos están reservados para las vertientes RS. Los mandos no reportan gran cambio frente a lo visto en el A6 actual; sólo los insertos en fibra de carbono y algunos detalles hablan de un modelo diferente.
Su equipamiento no tiene queja, muy completo en todas las áreas. Y las calidades de ensamble y materiales apegados al sello de excelencia de Ingolstadt.
Emoción desbordada
La primera impresión, en este caso, no corresponde a lo que puede entregar en vías rápidas el S6. Su aspecto discreto hace creer que es tan convencional como un sedán Premium natural. Pero basta pulsar el botón de encendido para darse cuenta de que no es común: el V8 ruge a plenitud en sus primeros segundos de aliento, para luego quedarse en unas cómodas 600 rpm de su ralentí.
Ese “bostezo” anticipa emotividad y tras los ajustes obligados en mandos y asiento, dejamos la ciudad, donde las calles y sus restricciones coartan el impulso por correr de esta serena belleza.
Su ambiente natural son las autopistas planas, amplias, donde el V8 nos concede la gracia de ir a sorprendentes 200 km/h con apenas 3,200 giros del motor en la séptima relación de la transmisión de doble embrague. Todo con un aplomo consistente, comunicativo, no tan intuitivo como ocurre en deportivos de mayor prosapia. No obstante, resulta muy fácil colarse entre el tráfico, que parece más lento de lo acostumbrado. La vehemencia del V8 y la proactividad de la caja nos facilitan la conducción velocista, a veces insolente, porque nos concede dejar a todo mundo detrás de nosotros con tan sólo un pisotón del pie derecho. Vanidad de entusiasta: soy el más rápido ahora.
Dada la energía del V8, basta recorrer 1/4 del acelerador para que surja esa apuración tan deliciosa que sólo un turbocargado puede entregar. En el tacómetro el vigor nace desde las 2,300 vueltas y el canto grave embriagante surge a partir de las 3,500 rpm, manteniéndose hasta poco antes de los 6,000 giros.
Esa circunstancia tan volátil la determina el modo seleccionado de los cincos disponibles (Efficiency, Comfort, Dynamic, Auto e Individual). El exigente es el Dynamic, que coordina no sólo la respuesta del tren motor, caja y dirección, sino que alcanza a la suspensión neumática, el diferencial central, la tensión del cinturón de seguridad, la sonoridad de los escapes y el ESP.
Éste último, en el modo Dynamic, demuestra su afinación juguetona cuando acometemos zonas de curvas cerradas, carreteras de montaña que requieren manos hábiles, reflejos precisos y juicio equilibrado. Porque el eje trasero se insinúa en los cambios rápidos de rumbo si superamos el cuarto de carrera del pedal que alimenta gasolina. Muy divertido pero obliga a dejar un ligero margen en ocasión de una apreciable masa rodante (casi dos toneladas). Ello propicia un subviraje controlado, que por el desliz de las ruedas traseras puede volverse en sobreviraje si no lo anticipamos. Claro, el control de estabilidad no deja de vigilarnos y en un caso extremo dará el toque necesario para insertarnos en la dirección deseada.
Sólo la retroalimentación del volante tiende a perderse un poco en los límites del trazo, lo que otorga una ligera sensación de flotabilidad que nos fuerza a concentrarnos por completo para salvar la curva sin riesgos.
En cuanto a la calidad de marcha, gracias a la tecnología neumática, puede escogerse desde la comodidad urbana hasta la exigencia de la carretera. Por cierto, el modo Efficiency no sólo alarga los cambios y suaviza la aceleración, sino que dispone del sistema Start/Stop que economiza un poco de combustible.
Respecto los frenos, notable su respuesta y consistencia durante nuestras pruebas. No hubo fatiga durante la evaluación pero sí en nuestro habitual recorrido de montaña, un tramo de poco más de 15 km, donde al final mostraba señales de cansancio. A descargo, la exigencia fue brutal, sobre todo en la consideración de la masa de este S6.
Valoración
Por un desfalco de 1.2 millones de pesos puede adquirir este magnífico sedán que incluye mucho equipamiento y prestigio pero le concede esa oportunidad de gozar un automóvil muy rápido, versátil en su dinamismo y suficientemente práctico para la familia. Cierto, las alternativas pueden ser un BMW 550i, un Jaguar XF SC o un Cadillac CTS-V. O tan próximas como la oferta de la propia casa, léase Audi S7.
Al final, el pago dependerá de su preferencia y capacidad, todo por gozar de un tres volúmenes discreto capaz de crear boquiabiertos entre aquellos que presumen su movilidad de manera más vistosa que efectiva.
Ficha técnica:
Datos Oficiales | ||
Motor | ||
Situación | Delantero longitudinal | |
Nº de cilindros | Ocho en V | |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio | |
Distribución | DOHC, 32 válvulas, VVT | |
Alimentación | Inyección directa con dos turbocargadores | |
Cilindrada | 3,993 cc / 4.0 l | |
Diámetro x carrera | 84.5 x 89.0 mm | |
Compresión | 10.1:1 | |
Combustible | Gasolina, 92 oct | |
Potencia máxima | 420 HP entre | |
5,500 y 6,400 rpm | ||
Par máximo | 550 Nm (405 lb-pie) entre 1,400 y 5,200 rpm | |
Transmisión | ||
Caja | Manual robotizada, 7 vels. | |
Tracción | Integral permanente | |
Embrague | Bidisco en aceite | |
Relación diferencial | 4.09 :1 | |
Bastidor | ||
Susp. del. | Triángulos sobrepuestos | |
Susp. tras. | Multibrazo, 4 elem. | |
Elem. elástico | Resortes neumáticos | |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí | |
Frenos del. | Discos ventilados | |
Frenos tras. | Discos ventilados | |
Asistencias | ABS, ESC, TC | |
Dirección | Eléctrica, variable | |
Giros / ø volante | 2.8 / 36 cm | |
Diámetro de giro | 11.9 m | |
Neumáticos | 255/40 R19 100Y | |
RENDIMIENTOS | ||
Vel. máxima | 250 km/h | |
Acel. 0-100 km/h | 4.6 s | |
Consumo en ciudad | 7.4 km/l | |
Consumo en carretera | 13.3 km/l | |
Consumo combinado | 10.4 km/l | |
Emisiones de CO2 | 225 gr/km | |
Prueba de impacto | ||
Certificación | EuroNCAP | |
Protección adulto | 91% | |
Protección niño | 83% | |
Nuestras mediciones | ||
0-100 km/h | 5.25 s | |
0-120 km/h | 7.16 s | |
0-140 km/h | 9.38 s | |
0-160 km/h | 12.22 s | |
0-400 m | 13.43 s | |
0-1,000 m | 24.57 s | |
Rebases | ||
20-120 km/h | 7.30 s | |
50-120 km/h | 5.70 s | |
80-120 km/h | 3.64 s | |
Frenadas | ||
160-0 km/h | 99.5 m | |
140-0 km/h | 76.7 m | |
120-0 km/h | 55.9 m | |
100-0 km/h | 37.8 m | |
Consumos | km/h | km/l |
Ciudad | 27 | 6.7 |
Carretera | 109 | 12.2 |
Media (70, 30%) | 51 | 8.3 |
Autonomía media | 622 km |
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