Publicado el 10/03/2013 19:15
Para las plantas motrices diésel, la inyección denominada i-ART, que trabajará con la “Volvo Engine Architecture”, la estrenada familia de motores de Volvo, implementará una presión mayor en el riel de inyectores (2,500 bar), además de poder monitorear en cada uno de los cuatro cilindros la cantidad ideal de combustible para usar.
Según la marca, las ventajas del i-ART abarcan un menor consumo y emisiones, mejor desempeño y un sonido distinto.
Como complemento a esta innovación tecnológica en la familia VEA, estará una caja automática de ocho cambios, elemento cada vez más común en varios fabricantes y que contribuirá en palabras de Volvo al refinamiento y a aumentar la autonomía.
También se habla sobre turbocargadores con más flexibilidad en su uso y el desarrollo de máquinas de menor desplazamiento y número de cilindros, incluso asistidas por un equivalente eléctrico, que harían prescindible un V8 según declaraciones de Derek Crabb, Vicepresidente de Ingeniería de propulsores en Volvo Cars.
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