Publicado el 11/11/2012 22:15
Unidad probada
60 mil dólares
NOS GUSTA
NOS GUSTARíA
Intimidades
De este ejemplar comercial, al auto que tuvimos hace cuatro años (el prototipo) hay muchas diferencias en todos los aspectos. En lo que respecta al diseño exterior, los empalmes de la carrocería están mejor terminados en esta versión final y las zonas acristaladas lucen más equilibradas. Mientras, el alerón de la tapa del vano motor está mejor integrada, así como las rejillas de ventilación tienen un propósito funcional más eficiente. Finalmente, el fondo plano está muy bien atornillado.
En cuanto al interior, los plásticos del tablero quizá no sorprendan pero tampoco hablan de economías. Los delgados asientos tipo cubeta poseen un acojinado apenas suficiente para no lastimar la tercera zona más importante del piloto: los glúteos. No hay ajuste de altura pero sí longitudinal. Curioso, funciona al revés de lo usual; hay que empujar la palanca de liberación hacia abajo en vez del gesto común hacia arriba.
Toda la información vital se concentra en una pantalla de LCD que concede cierta libertad al futuro usuario en cuanto a la elección de datos y parámetros. Claro, la petición tiene que realizarse antes de que el auto se fabrique. Domina el tacómetro digital así como el indicador de la relación insertada, mientras el de gasolina, velocímetro y kilometraje existen disminuidos.
A primera vista, la cabina puede lucir casi claustrofóbica. De hecho, el techo queda muy cerca de nuestra cabeza si medimos más de 1.90 m. Pero como el habitual de estatura roza por debajo del 1.80 m en los mercados a los que se dirige -Europa y Asia-, todo queda superado. Como elementos de confort figuran el aire acondicionado y un equipo de sonido firmado por Clarion. El primero apenas cumple -la cabina es muy caliente- pero el segundo satisface muy bien los gustos auditivos.
Para acomodarse en el volante el reducido asiento obliga un par de contorsiones si pretendemos subirnos como si fuese un sedán. Dada la angostura del respaldo, puede percibirse muy justo el apoyo para la espalda alta. Pero la zona lumbar encaja a la perfección. Sólo los muy anchos de cintura tendrán problemas en el acomodo.
Debido a su orientación verdaderamente deportiva, no existen asistencias para la dirección ni los frenos. Hay que reaprender y dimensionar de mejor manera tanto el volante como los pedales, porque mover el auto a baja velocidad exige fuerza en los brazos mientras el freno sin asistencia -que no enmascara nada-, obliga a pisar con mayor energía y tiento de lo acostumbrado.
Por seguridad optamos por colocarnos cascos, lo que provoca tanto el deseo competitivo como el aguzamiento de nuestros sentidos; ¡estamos en un auto casi de carreras! Los sonidos, aunque amortiguados por el casco, contagian; desde el brío del motor, que ubicado justo atrás nuestro resulta como un catalizador de vértigo, dispara nuestro anhelo por correr y gozar la conducción. Mientras las pupilas dilatadas por la emoción inducen la concentración de nuestra mente para una sola tarea: correr en pista.
El arranque del cuatro cilindros turbocargado brota como si despertáramos un pequeño felino cuyo suave ronroneo no esconde su naturaleza velocista.
Como siempre, la primera vuelta sirve para conocer las reacciones del auto. La sensación es envolvente porque la visibilidad resulta casi perfecta hacia adelante; hacia atrás sufre por obvias razones de un medallón pequeño. También los espejos laterales eléctricos ayudan pero no mucho, porque el MXT está concebido para ir siempre adelante.
Tras la primera vuelta, empezamos a rodar con mayor velocidad. Si bien el volante transmite fielmente todas las irregularidades, demanda más esfuerzo de nuestra parte para dirigirnos exactamente donde queremos. Una sensación en principio inusual pero tan directa que nos provoca ese viejo deseo de dominarlo, de interaccionar a plenitud con este coupé como si fuese una danza no sólo sensual sino atlética en sus movimientos.
Tras habituarse a esa mayor exigencia de las manos resulta muy fácil, casi intuitivo llevar el Mastretta al ápice exacto de cada curva. Contribuyen a sentirnos como en un kart la dura suspensión y un comportamiento del chasis tan comunicativo que nos sorprende, incluso cuando acometemos las curvas más largas y veloces. Nuevamente los frenos exigen más que una patada simple; piden mesura para no bloquear e instinto racing para colocar al MXT justo donde debe girar para salir apurado hacia la recta.
En este trance el motor turbocargado eroga toda su energía con cierta elegancia, sin sobresaltos, lo que concede una marcha relativamente fácil de llevar. Claro, el zumbido de la turbina al superar los 4,500 rpm del dos litros embarga todavía más nuestras maniobras.
En la zona de curvas el MXT apenas balancea y su actitud califica de neutral, con un aplomo que invita a ir cada vez más rápido. La trasera ni siquiera insinúa su mayor carga y fuerza, virtud de una puesta a punto conservadora, ecuánime.
En un descanso, Carlos Mastretta nos comenta que puede jugarse con las estabilizadoras -hay 5 posiciones- para hacerlo más ágil o nervioso.
En este setting, para descolocar al Mastretta hay que realizar una severa transferencia de pesos jugando con la dirección y los frenos. De otra modo resulta casi imposible llevar de lado al MXT. Un chasís noble, predecible y con posibilidades de ajuste en suspensión no es cosa común.
Conforme realizamos varias vueltas más, medimos los tiempos que si bien no superan lo visto en otros deportivos analizados en la misma pista, el MXT nos deja un sabor más racing.
Y si las prestaciones habituales no marcan un récord, sus posibilidades de aprendizaje y disfrute tan cercanos a los de un auto de carreras lo colocan en una esfera lejana a lo que espera el automovilista promedio.
Sin duda, un coupé que no está pensado para el entusiasta común o fanático adinerado, sino para el que verdaderamente ama rodar en pista. Que gusta de enfundarse el traje de piloto y el casco para gozar de un vehículo muy comunicativo, capaz de ajustarse en algunos parámetros para aprender el difícil y elusivo equilibrio entre su máxima posibilidad dinámica y el pleno dominio de todas las reacciones del automóvil.
Un coche de capricho para conductores que aceptan que el pago de casi 60 mil dólares no garantiza acabados Premium ni una larga lista de equipamiento, pero sí una conexión directa, casi vital con el dinamismo racing de este ejemplar nacido orgullosamente en México.
FICHA TÉCNICA MASTRETTA MXT
Motor | ||
Situación | Central transversal | |
Nº de cilindros | Cuatro en línea | |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio | |
Distribución | DOHC, 16 válvulas | |
Alimentación | Inyección multipunto con turbocargador e intercooler | |
Cilindrada | 1,998 cc /2.0 l | |
Diámetro x carrera | 87.5 x 83.1 mm | |
Compresión | 10.0:1 | |
Combustible | Gasolina, 92 oct | |
Potencia máxima | 250 HP a 5,200 rpm | |
Par máximo | 339 Nm (250 lb-pie) a 3,950 rpm | |
Transmisión | ||
Caja | Manual, 5 velocidades | |
Tracción | Trasera | |
Embrague | Monodisco en seco; Sport | |
Relación diferencial | 4.067:1 | |
Bastidor | ||
Susp. del. | Triángulos sobrepuestos | |
Susp. tras. | Triángulos sobrepuestos | |
Elem. elástico | Res. helicoidales c/ajuste de amortiguación | |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí; ajustables | |
Frenos del. | Discos ventilados y barrenados, 300 mm | |
Frenos tras. | Discos ventilados y barrenados, 300 mm | |
Asistencias | Ninguna | |
Dirección | Mécanica | |
Giros / ø volante | 3.0 / 32 cm | |
Diámetro de giro | 9.5 m | |
Neumáticos | 215/45 ZR17 87W delante; 235/40 ZR17 90W atrás | |
RENDIMIENTOS | ||
Vel. máxima | 230 km/h | |
Acel. 0-100 km/h | 4.9 s | |
Consumo en ciudad | 12.0 km/l | |
Consumo en carretera | 18.0km/l | |
Consumo medio | 15.0 km/l | |
Emisiones de CO2 | 195 gr/km | |
Aceleraciones | ||
0-100 km/h | 6.43 s | |
0-120 km/h | 8.69 s | |
0-140 km/h | 11.98 s | |
0-160 km/h | 16.29 s | |
0-400 m | 14.55 s | |
0-1,000 m | 26.89 s | |
Rebases | ||
20-120 km/h | 11.07 s | |
50-120 km/h | 6.61 s | |
80-120 km/h | 8.64 s | |
Frenadas | ||
160-0 km/h | 162.1 m | |
140-0 km/h | 128.2 m | |
120-0 km/h | 77.1 m | |
100-0 km/h | 50.7 m | |
Consumos | km/h | km/l |
Ciudad | 28 | 13.5 |
Carretera | 108 | 20 |
Media (70, 30%) | 52 | 15.4 |
Autonomía media | 616 km |
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