Publicado el 25/08/2012 23:15
Unidad probada 355 mil pesos
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Intimidades
A simple vista no parece tan nuevo. De hecho, puede confundirse fácilmente con su antecesor, lo que desalienta a los menos enterados. Pero una mirada escrutadora hacia el interior como a la trasera nos comprueba que estamos ante un nuevo sedán. Pese que la distancia entre ejes encoge un poco (2,852 vs 2,738 mm) y el largo también sufre recorte (4,872 vs 4,865 mm). ocurre un incremento en el ancho de vías -ahora 1,574 mm en ambos ejes- con una mayor ganancia en el ancho total del vehículo de 51 mm. Tal aumento concede 113 litros más de volumen a la cabina, notorio para todas las plazas; comodidad máxima. Nada mal para un sedán mediano que está más cerca ya de los sedanes grandes, aunque compite favorablemente en un segmento en plena efervescencia.
Al compararlo con su antecesor, brotan las diferencias. El cofre posee más nervaduras, algunas muy marcadas, mientras la cintura luce muy enfática en el modelo reciente. El verdadero brinco visual ocurre en el último volumen, donde las calaveras no niegan la fuerte inspiración en el último Camaro.
Sólo un detalle: la estética tipo coupé del último volumen afecta seriamente la visibilidad del retrovisor central, lo que sumado a los espejos laterales de menor alcance dificultan el dominio visual posterior del nuevo Malibu en calles y pasos estrechos. Punto de mejora.
Por dentro, los materiales exhiben notable nivel de calidad, pese la dureza de algunos plásticos. La disposición adelante conserva el ambiente envolvente del anterior, sólo que ahora presume finas y azules líneas de luz ambiental que hacen juego con la advertida en los sistemas de confort y entretenimiento, así como en el tablero. De hecho, la pantalla central de infotenimiento de activación táctil resulta atractiva dada su facilidad de uso y conexión. Y los relojes principales presumen un guiño a los vistos en el Camaro. Por cierto, Chevrolet le llama al sistema de sincronización MyLink.
Curiosamente nuestro modelo no contaba con la preparación para el navegador GPS;
suponemos que estará disponible para las versiones tope de gama que arriben a nuestro mercado.
Debajo de la piel metálica hay lugar para dos actualizaciones importantes. La primera es la puesta a punto del chasis con un toque europeo (marcha firme consistente a altas velocidades) pero sin dejar de lado el típico aislamiento norteamericano (poco ruido gracias a una cuidada aerodinámica, materiales acústicos, y dirección anestesiada).
Todo contribuye a una sensación de manejo relajada, sin prisas, ideal para conductores amantes del status y la comodidad antes que el desempeño.
En contraste, la segunda gran mejora lograda en el tren motor nos permite viajes más ágiles si nos lo proponemos, porque el cuatro cilindros de 2.5 litros incorpora inyección directa y refinamientos que le otorgan una potencia cercana a los 200 HP –en nuestro dinamómetro quedó por debajo de los 190 HP-.
Su comparsa es la excelente transmisión automática de seis escalones, que en el modo Normal procura el ahorro de combustible. A veces esa actitud propicia titubeos cuando se pisa a fondo para acometer un rebase apurado o necesario. Nada fuera de lo esperado.
Afortunadamente, esta caja puede llevarse en modo Manual, donde al toque de un botón, ahora ubicado raramente en la punta del pomo de la palanca, permite seleccionar el engranaje según nuestras necesidades o deseos. La ventaja: no realiza cambios de relación aunque se alcance el corte de inyección, muy bien considerando el menor empuje del 2.5 litros.
Sin embargo, la firmeza de la amortiguación repercute en una suspensión más seca de lo que en los primeros kilómetros se aprecia. No molesta pero sumado a la ligereza del volante -escasa retroalimentación- obliga a mesurar nuestros ímpetus velocistas.
Su comportamiento frente a curvas exigentes califica de muy subvirante, a veces exacerbado por la considerable masa de este nuevo Malibu (1,590 kg en báscula). Afortunadamente, las asistencias electrónicas impiden cualquier desaguisado por error de juicio y salvamos el trance siempre que no rompamos la física.
Por lo tanto, su mejor ambiente son las autopistas largas y predecibles, las mismas que predominan en su tierra natal. De hecho, se puede rodar a 150 km/h con tan sólo 2,500 rpm del tacómetro. Muy eficiente.
En cuanto a la frenada, el pedal posee una carrera de confort más larga de lo esperado pero el sistema cumple de manera competente, sin más extras que la efectividad de un ABS razonable en costo.
Conforme la información de la casa, el Malibu puede llamarse el auto global de Chevrolet (venta en casi 100 países), pero sus modales no permanecen muy alejados del típico sedán estadounidense que tanto gusta a los automovilistas conservadores.
Si bien la marcha resulta toda una atracción por su pulimento -se puede rodar a 200 km/h en autopista sin tantos sobresaltos-, la dirección nos recuerda su origen norteamericano. Mientras el equipamiento está a la altura (e incluso por encima) de la oferta del segmento, todavía faltan algunos extras que deberían incluirse, sobre todo cuando se advierte una mejora sustancial de sistemas y equipos en los demás competidores.
Claro, su mayor ventaja es el precio -355 mil pesos-, que al observar todo el paquete -tamaño, equipo, representación, dinamismo suficiente y estética atractiva-, luce como una oferta tentadora y muy apetecible para su cliente objetivo, numeroso en este país. Una apuesta bien fundamentada de Chevrolet para México.
Motor | ||
Situación | Delantero transversal | |
Nº de cilindros | Cuatro en línea | |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio | |
Distribución | DOHC, 24 válvulas, VVT | |
Alimentación | Inyección directa | |
Cilindrada | 2,499 cc / 2.5 l | |
Diámetro x carrera | 88.0 x 101.0 mm | |
Compresión | 10.3:1 | |
Combustible | Gasolina, 89 oct | |
Potencia máxima | 197 HP a 6,300 rpm | |
Par máximo | 259 Nm (191 lb-pie) a 4,400 rpm | |
Transmisión | ||
Caja | Automática, 6 velocidades | |
Tracción | Delantera | |
Embrague | Convertidor de par | |
Relación diferencial | 2.77 :1 | |
Bastidor | ||
Susp. del. | MacPherson c/brazo “L” | |
Susp. tras. | Multibrazo, 4 elem. | |
Elem. elástico | Resortes helicoidales | |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí | |
Frenos del. | Discos vent., 297 mm | |
Frenos tras. | Discos sólidos, 292 mm | |
Asistencias | ABS, ESC, TC | |
Dirección | Eléctrica | |
Giros / ø volante | 2.7 / 37 cm | |
Diámetro de giro | 11.4 m | |
Neumáticos | 235/50 R18 97H | |
Aceleraciones | ||
0-100 km/h | 12.04 s | |
0-120 km/h | 17.07 s | |
0-140 km/h | 23.03 s | |
0-160 km/h | 32.20 s | |
0-400 m | 18.44 s | |
0-1,000 m | 33.24 s | |
Rebases | ||
20-120 km/h | 16.26 s | |
50-120 km/h | 12.96 s | |
80-120 km/h | 9.15 s | |
Frenadas | ||
160-0 km/h | -- | |
140-0 km/h | 85.7 m | |
120-0 km/h | 62.4 m | |
100-0 km/h | 43.4 m | |
Consumos | km/h | km/l |
Ciudad | 25 | 9.5 |
Carretera | 109 | 13.7 |
Media (70, 30%) | 50 | 10.7 |
Autonomía media | 749 km | |
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