Publicado el 28/05/2012 21:15
Tener el vehículo en buen estado resulta crucial por dos razones fundamentales: alargar su vida útil y por cuestiones de seguridad. A continuación te adelantamos las diez operaciones básicas de mantenimiento de un automóvil.
1.- Nivel de aceite
La función principal del aceite es evitar el desgaste de las piezas que forman todo el entramado mecánico. Mediante una revisión ocular, el propio conductor podrá comprobar cuál es el nivel a través de la varilla (ésta tiene que estar entre los niveles máximo y mínimo). Para conocer cuándo es el momento adecuado del cambio de aceite y del filtro de aceite, el automovilista tendrá que consultar el libro de mantenimiento, pero hacerlo cada 10,000km es una buena idea. El nivel del líquido refrigerante es otro de los elementos importantes a revisar.
2.- Llantas
Las llantas son uno de los elementos principales que más influyen en la seguridad de un automóvil. Suponen el elemento de contacto del vehículo con el suelo, de ahí su gran importancia. Para conocer cuál es su estado, es preciso comprobar la profundidad del dibujo, que no deberá de ser menor a 2 mm. Si metemos una moneda de 1 peso y el borde plateado no se cubre totalmente, es hora de cambiarlas.
Una de las claves que siempre nos ayudarán al buen mantenimiento de las llantas es comprobar la presión periódicamente. No hace falta memorizar la presión que han de llevar, el nivel concreto suele incluirse en el manual del propietario, en la tapa del tanque de gasolina o en el canto del marco de las puertas. La presión se debe realizar con los neumáticos en frío, es decir, nada más arrancar el vehículo y en la gasolinera más cercana. Por otro lado, otro de los aspectos importantes que han de tener los conductores es el nivel de carga con el que va a circular, mientras más carga, será necesario aumentar la presión.
El cambio de neumáticos no obedece a un kilometraje concreto, pues el uso de un vehículo respecto a otro varía. En este uso influye el tipo de asfalto por el que se transita habitualmente además del tipo de conducción (calles en mal estado con baches y grietas y una conducción demasiado agresiva son los grandes enemigos de las llantas).
3.- Visibilidad
Unos faros y un parabrisas delantero limpios repercutirán de forma positiva en nuestra conducción. Es conveniente revisar los limpiadores, ya que es muy frecuente que éstas acumulen polvo y otro tipo de elementos (piedras de pequeño tamaño, restos de hojas y ramas de árboles, etc). Una escobilla en mal estado puede incluso rayar ligeramente el cristal, diminuyendo la visibilidad.
Otros elementos que el conductor debe mantener limpios son los espejos retrovisores exteriores y la ventanilla trasera. Respecto a las luces, el automovilista también debe preocuparse si iluminan con el haz y altura adecuados. Esto se puede realizar en cualquier pared de un estacionamiento techado o contra cualquier pared por la noche.
4.- Frenos
Un pedal de freno que ofrezca oposición al ser accionado o que se hunda demasiado, así como cualquier ruido extraño al frenar suelen ser claros indicativos de que los frenos de nuestro automóvil están registrando algún tipo de problema. Aquí sí que es conveniente llevar nuestro vehículo a un taller para que nos revisen las balatas y los discos. Además de un desgaste de los mismos, también es recomendable revisar el nivel del líquido de frenos. En la mayor parte de los casos, los fabricantes recomiendan revisar dicho nivel cada dos años, aunque es más que conveniente que dicha revisión se efectúe anualmente.
5.- Filtros
Además del filtro de aceite, otros dos de los filtros que se suelen cambiar varias veces a lo largo de la vida útil de un automóvil son los de aire y el del combustible. En ambos casos, el momento concreto de la sustitución también viene indicado en la hoja del mantenimiento, aunque lo más habitual es que el cambio de filtro de aire se efectúe cada 10,000 kilómetros. Un filtro de aire en mal estado puede repercutir en un mayor consumo de combustible así como en menor rendimiento de nuestro coche.
En muchos vehículos nuevos, estos elementos suelen venir indicados en los testigos luminosos del tablero, los cuales se encienden cuando uno de ellos presenta alguna deficiencia.
6.- Amortiguadores
Un balanceo excesivo de la carrocería y la sensación de que el coche ‘rebota’ tras atravesar una zona de baches son claros síntomas que muestran un posible desgaste de los amortiguadores. El estado de estos es otro de los elementos de los que depende en gran medida el nivel de seguridad ofrecido por un automóvil. Se ha comprobado que unos amortiguadores en mal estado pueden llegar a influir en una distancia de frenada mayor, aumentando, por tanto, las posibilidades de sufrir un accidente.
7.- Dirección
Un movimiento irregular del volante y ruidos cuando se efectúa un giro suelen ser los indicativos más claros de posibles problemas en la dirección de nuestro coche. Las causas pueden ser varias, pero lo más recomendable es revisar el nivel de líquido de la dirección así como de la banda de la dirección. No obstante, también es posible que cualquier irregularidad que transmita la dirección no sea provocada por defectos en la misma, ya que un mal estado de las llantas también se nota en el volante.
8.- Bandas
Comprobar el estado de tensado de las bandas es otra de las operaciones básicas de mantenimiento. Si el coche tiene más de 120,000 kilómetros es conveniente consultar cuándo recomienda el fabricante la sustitución de la banda de la distribución y revisarla, ya que en caso de rotura, el motor del automóvil puede quedar inutilizado.
9.- Batería y sistema de encendido
Las baterías son cada vez más modernas y la mayor parte de los últimos modelos no precisan de mantenimiento. No obstante, conviene incluirla en nuestra revisión anual, sobre todo si el vehículo ha estado mucho tiempo parado y sin arrancarse.
10.- Refrigeración
También es conveniente revisar el nivel de agua ya que influirá en la temperatura del motor.
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