Publicado el 22/06/2010 23:15
Si de manera visual no existe encantamiento, el desempeño dinámico del nuevo Serie 5 sí marca la diferencia. Para empezar, el seis en línea sufre la “pérdida” de uno de los dos turbocompresores dispuestos en el motor anterior. A cambio, el turbocompresor único presume doble respiración que compensa en parte la diferencia de caudal de la turbina a diferentes regímenes del tres litros.
Mientras, la cabeza gana el pulido sistema de carrera variable de las válvulas llamado Valvetronic, por lo cual la complejidad mecánica sólo se diversifica. De hecho, la potencia es la misma, siendo el par ligeramente afectado. En el dinamómetro entregó un poco más: 310 HP. Acorde a las gráficas y nuestro análisis, el seis en línea despierta por arriba de las 2,500 rpm, cuyo vigor no decae hasta poco después de las 6,000 rpm. Excelente respuesta bajo cualquier condición.
En contraste a la política reduccionista, BMW presenta una transmisión automática de ocho relaciones, una seria complejidad mecánica de contenido tamaño. Suena excesivo pero congruente de cara a la máxima eficiencia de esta clase de ingenio endotérmico, más reconocido por su elevado consumo y energía que por sus bajas emisiones.
Y es que en BMW procuraron que la caja fuese inteligente amén de que su espaciamiento entre relaciones es suficientemente corto para observar el mejor rango de par y economía de combustible.
De regreso a las entrañas mecánicas, este 535i presume tres posibilidades de ajuste en suspensión, dirección y gestión del motor. El primer modo se llama Normal, donde todo ocurre con la mesura acostumbrada de un sedán premium sin pretensiones velocistas. El siguiente escalón recibe el nombre de Sport, donde ya existe una mejoría en las reacciones del acelerador y la caja, todavía con algunas prebendas de comodidad.
Donde pareciera que surge otro auto es en el Sport +, ya que el control de estabilidad actúa bajo límites mínimos de supervisión; incluso deja que juguemos un poco a ser “pilotos” vía un eje trasero ligeramente más nervioso de lo esperado, tolerante a ciertos excesos pero sin dejar de corregir nuestros ademanes mal estimados.
La reacción al volante y acelerador son más inmediatas, y la caja responde a la menor insinuación del primer pedal, lo que vuelve delicioso su manejo en zonas de curvas de mediana exigencia. Prácticamente neutral, sólo su considerable masa induce un mínimo subviraje en nuestra carretera preferida de la montaña. Por lo tanto, su mejor escenario son las autopistas, donde rueda como amo y señor, sin menoscabo de comodidades o merma de control.
Durante nuestros recorridos de valoración hallamos su mejor equilibrio sobre los 200-220 km/h, perfectamente aplomados, con esa calidad de rodadura que sólo un sedán premium puede otorgar. Sólo la viveza de la dirección pudiera cansar en tramos desiguales pues la marcha en general califica de firme, algo más dura en el modo más exigente (Sport+), lo que se traduce en cierta aspereza al rodar.
En la ciudad, las cosas son cómodas mientras el pavimento sea regular. De otra manera, el calibrado firme de la amortiguación obliga a la prudencia en las irregularidades pues la marcha no molesta pero evidencia su pretensión deportista.
Durante la vuelta en los tramados callejeros, surgió un punto negativo de los frenos regenerativos -un sistema que acciona un dinamo que a su vez alimenta a la batería-; a baja velocidad, inducen un titubeo si se frena con suavidad, por lo que la dilación puede sorprendernos en más de un paso lento. Eso obliga a frenar con más fuerza de lo acostumbrado, sobre todo para los usuarios de coches más convencionales.
A descargo, la perfecta sincronía de todos los mandos para con el conductor permiten un entendimiento completo del 535i, por lo que la conducción resulta tan fácil que bastan las puntas de los dedos para maniobrar en la mayoría de las circunstancias. Una delicia.
Si bien por precio, 71,800 dólares, no es el más accesible de su gama -no olvidar al 550i, cuyo V8 biturbo seduce y promete más-, su desempeño dinámico convence y anima pese el sobrio aspecto exterior. Una combinación de aparentes contradicciones que quizá siga la actual tendencia de mezclar conceptos en un inicio disímbolos. Si usted es de los que busca un automóvil así, apúntelo en su lista de favoritos.
Motor | |
Situación | Delantero longitudinal |
Nº de cilindros | Seis en línea |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio |
Distribución | DOHC, 24 válvulas, Valvetronic |
Alimentación | Inyección directa con turbocargador de doble admisión |
Cilindrada | 2,979 cc / 3.0 l |
Diámetro x carrera | 89.6 x 84.0 mm |
Compresión | 10.2:1 |
Combustible | Gasolina, 92 oct |
Potencia máxima | 306 HP a 5,800 rpm |
Par máximo | 400 Nm (295 lb-pie)entre 1,200 y 5,000 rpm |
Transmisión | |
Caja | Automática, 8 velocidades |
Tracción | Trasera |
Embrague | Convertidor de par |
Relación diferencial | 3.23 :1 |
Bastidor | |
Susp. del. | Triángulos sobrepuestos |
Susp. tras. | Multibrazo, 4 elem. |
Elem. elástico | Resortes helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí |
Frenos del. | Discos vent., 348 mm |
Frenos tras. | Discos vent., 345 mm |
Asistencias | ABS, DDC, DSC |
Dirección | Electrohidráulica, variable |
Giros / ø volante | 3.0 / 38.5 cm |
Diámetro de giro | 11.9 m |
Neumáticos | 245/45 R18 96Y |
RENDIMIENTOS | |
Vel. máxima | 250 km/h |
Acel. 0-100 km/h | 6.1 s |
Consumo urbano | 8.4 km/l |
Consumo interubano | 15.6 km/l |
Consumo medio | 11.9 km/l |
Emisiones de CO2 | 195 gr/km |
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