Publicado el 19/06/2010 22:15
Yendo más allá de las vigentes alianzas en su país entre grandes fabricantes extranjeros con novatos locales, empresas de origen chino especializadas en autopartes han progresado en la adquisición de fábricas en Estados Unidos en los últimos años; el paso siguiente de las exportaciones.
Este fenómeno no es reciente y un claro ejemplo es el Grupo Wanxiang, que empezando en la víspera de la década de los setenta con la humilde fundación de un taller de reparación ahora produce anualmente unos 8,000 millones de dólares y para 1994 ya se daba gusto adquiriendo hasta cinco proveedores de componentes para chasis. En 2007 se hacía con las operaciones de un fabricante de ejes de transmisión perteneciente a Ford.
La atención volvió hacia los emprendedores orientales cuando a principios de mes una alianza de dicho país formada por el Grupo Internacional Tempo adquirió una armadora de piezas para sistemas de dirección de General Motors, Nexsteer, por unos 450 millones de dólares.
Los autopartistas son para muchos un gigante detrás del telón que controla desde la penumbra gran parte del movimiento en la industria derivada del ensamble de vehículos.
No es ningún misterio que la tendencia a crecer de China seguirá (de una manera más estable) tanto en los proveedores como en el caso de las abundantes marcas de autos que nacen y mueren de un día para otro.
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