Publicado el 13/02/2012 01:15
Una vez más hemos comprobado de manera fehaciente la utilidad del Master Test. Por un lado derrumbamos algunos mitos y por el otro, nos llevamos sorpresas que nadie anticipaba. En otras palabras, hemos descubierto que algunos modelos que nos deleitaron con su manejo preciso y efectivo, desfallecieron en más de uno de los seis ejercicios de la prueba madre. Otros, nerviosos y blandos en carretera, pasaron con honores cada una de las evaluaciones. Es cierto que los ejercicios del Master Test son simulaciones de situaciones límite, que rara vez se presentarán en el manejo cotidiano. Pero sólo así se descubre qué tan bien afinado resulta un bastidor y cada uno de sus elementos (dirección, suspensión, frenos…), y por tanto, qué tan efectiva será su capacidad de respuesta ante una emergencia.
Así las cosas, hemos enfrentado a los seis ejercicios de rigor (alce con piso seco y mojado, slalom, curva infinita y frenadas en curva y mixta), a los trece integrantes del cada día más popular y aspiracional segmento de los sedanes medianos.
Todos los participantes cuentan con espacio y equipamiento que podemos catalogar de abundante, longitudes totales entre 4.7 y 4.9 metros y rangos de precio oscilantes entre 300 mil y poco más de 400 mil pesos. Además, un segmento complejo porque como en ningún otro mercado se reúnen ejemplares de todos los orígenes: norteamericano, asiático y europeo, lo que adereza las cosas por la naturaleza tan diferente de cada armadora.
El Veredicto
Nadie pensaba que el Seat Exeo –el más veterano de los trece- se alzaría con la victoria, y menos de una manera tan contundente. No obstante, el resultado es relativamente fácil de explicar: nació como un coche premium, el Audi A4. De ahí el casi perfecto balance del bastidor y lo bien pulido de sus reacciones en suspensión, dirección y frenos. Destaca también en desempeño dinámico, equipamiento y acabados. Sufre si acaso en practicidad y espacio interior, sobre todo en la segunda fila de asientos.
Legacy, Passat y Kizashi se hacen de las siguientes posiciones. El Subaru es el único del grupo con tracción integral, con el centro de gravedad más bajo gracias a la arquitectura de su motor bóxer por lo que presume una actitud muy viva, con tintes deportivos. Mientras, el Passat es mucho más suave y aún así, sigue nuestras órdenes de forma muy satisfactoria; supera todos los ejercicios con éxito y sorprende a pesar de las dimensiones. El Suzuki Kizashi fue otra de las grandes sorpresas, ya que sin necesidad de un motor turbo o grandes dosis de tecnología entrega un desempeño a la altura de los mejores. Su bastidor está muy bien afinado y tiene los interiores de mayor calidad del segmento, tanto en materiales como en ensambles.
En un siguiente subgrupo encontramos a Fusion, Camry, Altima y Safrane, cuyos resultados finales les permite librar el empate. Si bien es cierto que en carretera hay diferencias notables en manejo, en pista son igualmente efectivos para superar los ejercicios. Hay detalles diferenciadores como que en el Fusion hay que pelearse un poco con la dirección, o que en el Camry la buena adherencia de las llantas hace la diferencia en la prueba del alce con piso mojado. En este sentido, sorprende el nivel de respuesta casi telepático del Safrane. Ese nerviosismo en carretera se convierte en una obediencia total para sortear conos…y accidentes.
Siguen Accord, Mazda6 y Malibu, que padecen del mismo dolor: la edad. Con los años a cuestas se han visto superados en manejo, desempeño y equipamiento por sus rivales más jóvenes. Curiosamente han compartido el mismo Talón de Aquiles durante las pruebas: la dirección. En los tres casos hubo una pronta saturación del sistema, lo que provocó que fuera muy complicado superar las pruebas del alce y slalom. Siguen siendo coches cómodos y rápidos, pero a la hora de la verdad pueden causar sorpresas.
Finalmente quedaron los hermanos Chrysler: 200 y Avenger. Es cierto que hace no mucho tiempo fueron actualizados estéticamente y, en menor medida, en el apartado mecánico, donde recibieron algunos retoques en dirección y suspensión. Ajustes que se notan en el manejo cotidiano pero que no bastan para superar con contundencia las pruebas del Master Test. No significa que sean malos modelos, son competentes, bien equipados y muy amplios, pero frente a los rivales mejor calificados del grupo les sigue faltando un bastidor más finamente pulido, una dirección más rápida y precisa, y un mayor trabajo en acabados interiores.
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