Publicado el 09/02/2012 20:15
Unidad probada
150 mil dólares (estimado)
NOS GUSTA
NOS GUSTARíA
Intimidades
Para esta séptima generación, el ícono de Porsche sólo moderniza por fuera elementos visuales siempre apreciables como las calaveras, los faros y la fascia, ese pequeño frontal donde los diseñadores juegan con propuesta de estilo y funcionalidad mínima a efecto de hacer frente la siempre exigente dinámica del especialista deportivo.
Claro que esta última versión gana un poco más de espacio interior, merced de un mínimo crecimiento en su distancia entre ejes (1 cm), así como el consecuente ensanchamiento de las vías. No sólo para dar cabida a un motor más potente -ya 400 HP en la terminación S aquí analizada-, sino más eficiente y ahorrativo -sistema Auto Start & Stop, inyección directa, modo Sailing-, para dejar espacio a sus nuevos extras tecnológicos como las barras estabilizadoras activas -no disponible en todos los 911- que forman parte del concepto PDCC (Porsche Dynamic Chassis Control), así como las futuras evoluciones mecánicas del eterno Carrera.
Si hablamos de estética, la transformación más notoria respecto al antecesor radica en el tablero. Los relojes no pierden la distribución de siempre con el enorme tacómetro al centro acompañado del resto como velocímetro, presión del aceite, temperatura del refrigerante y depósito de combustible. Mientras, la minipantalla que nos informa de varias funciones extras del motor o del viaje parece extraída de la cúpula de la última Cayenne. Esa impresión se extiende al notar que la consola central ya no es tan baja. De hecho, su elevación hacia la consola frontal, donde se halla la pantalla de navegación y los mandos de radio y aire acondicionado –también sin cambios-, evoca al Panamera, botonería incluida. Destacan los pulsadores del modo Sport, Sport Plus, del escape y del techo corredizo o quemacocos, que curiosamente no posee cristal en este caso; sólo es parte del toldo.
Lo interesante es que desaparece la palanca del freno de estacionamiento: ahora un pulsador ubicado a la izquierda extrema inferior del tablero activa el mecanismo que asegura al auto. Los asientos de cubo eléctricos poseen ventilación y calefacción, y conforman buena parte de la lista de opcionales -caja PDK, luces con iluminación en curva, asistente de estacionamiento, SportChrono, etc- que aderezan a este ejemplar y elevan considerablemente el precio del 911 Carrera S base. Una política comercial que le ha funcionado muy bien a Porsche en Latinoamérica.
Donde brilla este actualizado coupé es en la puesta a punto: sencillamente perfecta. Basta acomodarse en el ergonómico asiento principal -todavía exige contorsión para sentarse correctamente- cuya baja posición nos propicia una conexión casi idílica con el bastidor del auto. Los mandos son prácticamente interfases neurales, incluso la dirección eléctrica que ahora dispone ofrece una retroalimentación tan cercana a la anterior que no hay diferencia apreciable. Gracias a esta compenetración relativamente profunda -no tan inmediata pues demanda varios kilómetros para dejar atrás los habituales esquemas mentales de conducción-, nuestra conciencia y el 911 se vuelven casi uno.
Tras la asimilación, la conducción deja su carácter de actividad exigente y se convierte en una experiencia casi religiosa, mágica. No es necesaria música de fondo; basta escuchar el borboteo del bóxer desde medio régimen hasta el alarido metálico nacido en la zona roja, delimitada en fantásticas 7,600 rpm para que inicie el trance personal, donde la velocidad ya no es medida por nuestra mirada; sólo basta saber la posición de la aguja principal y conectarse con el 911 para enlazar curvas y rectas como si fuesen un sueño, un viaje delicioso, fantasía materializada de un entusiasta. Para no romper la magia del momento, las manetas ubicadas de mejor manera tras el volante permiten accionar el cambio de relación de manera instántanea.
Gracias a ese fluído trance que nos abstrae de la simple realidad, el Carrera S resulta toda una máquina de velocidad, un tanto más domesticada en el modo normal. El siguiente escalón, el llamado Sport, le da algo más de sabor y demanda poco más de pericia al volante pero se percibe controlable. Incluso el nervio del eje trasero ha perdido su angustiante devaneo de antes; hoy es predecible, anticipado, sin problemas para someterlo.
Pero si usamos el modo Sport Plus, aflora la verdadera rabia del 911 cuyas reacciones llegan a ser violentas si descuidamos la concentración, al punto de que el eje trasero puede insinuarse más de lo esperado aunque sin el pánico que generaban sus antecesores. Casi desaparece ese miedo vivencial de que el Carrera girara sobre su eje vertical en virtud de tan severa transferencia de pesos. Cierto, este Porsche resulta más amigable pero todavía puede sorprendernos y enamorarnos de sus capacidades velocistas e hipnóticas.
Los frenos, pese la blandura de sus primeros centímetros, siempre cumplen nuestras órdenes al menor exabrupto de urgencia. Basta exceder ese primer recorrido de confort para que las pinzas hagan su labor sin miramientos, otorgando absoluta ley a nuestro pie cuando se vuelve imperativo reducir la velocidad, por mucha que sea su cantidad.
Si bien este modernizado nueveonce luce un aplomo perfecto, una marcha tan comunicativa como siempre, una interacción casi nirvánica, observa menos sabor o riesgo en circunstancias límite. El eje trasero ya no pierde compostura al mayor descuido pese el incremento de potencia. La comodidad y prevención son premisas si no solicitamos el modo Sport Plus. Y la lista de amenidades de serie resulta más completa que antes, aunque los opcionales más apetecibles para el entusiasta representan un desembolso considerable -en el orden de 150 mil dólares con todos los extras- para quien pueda pagarse esta magnífica máquina de precisión, rapidez y ensueño. Porque la velocidad sigue siendo una efímera musa que inspira al fanático del automóvil, así sea su designio un simple número: 911
DATOS OFICIALES
MOTOR | |
Situación | Trasero longitudinal |
Nº de cilindros | Seis opuestos (bóxer) |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio |
Distribución | DOHC, 24 válvulas, Variocam Plus |
Alimentación | Inyección directa |
Cilindrada | 3,800 cc / 3.8 l |
Diámetro x carrera | 102.0 x 77.5 mm |
Compresión | 12.5:1 |
Combustible | Gasolina, 92 oct |
Potencia máxima | 400 HP a 7,400 rpm |
Par máximo | 440 Nm (324 lb-pie) |
TRANSMISION | |
Caja | Manual robotizada, 7 vels. |
Tracción | Trasera |
Embrague | Bidisco en seco |
Relación diferencial | 3.44 :1 |
BASTIDOR | |
Susp. del. | MacPherson c/ 2 brazos |
Susp. tras. | Multibrazo, 5 elem. |
Elem. elástico | Res. helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí |
Frenos del. | Discos vent. y barr., 340 mm |
Frenos tras. | Discos vent. y barr., 330 mm |
Asistencias | ABS, PSM, PDCC, TC |
Dirección | Eléctrica, variable |
Giros / ø volante | 2.5 / 37.5 cm |
Diámetro de giro | 11.0 m |
Neumáticos | 245/35 ZR20 91Y delante; 295/30 ZR20 101Y atrás. |
NUESTRAS MEDICIONES
ACELERACIONES | ||
0-100 km/h | 5.33 s | |
0-120 km/h | 7.02 s | |
0-140 km/h | 9.11 s | |
0-160 km/h | 11.57 s | |
0-400 m | 13.38 s | |
0-1,000 m | 24.09 s | |
REBASES | ||
20-120 km/h | 6.64 s | |
50-120 km/h | 4.96 s | |
80-120 km/h | 3.39 s | |
FRENADAS | ||
160-0 km/h | 88.2 m | |
140-0 km/h | 66.0 m | |
120-0 km/h | 48.7 m | |
100-0 km/h | 34.1 m | |
CONSUMOS | ||
Consumos | km/h | km/l |
Ciudad | 23 | 8.5 |
Carretera | 107 | 14.5 |
Media (70, 30%) | 48 | 10.3 |
Autonomía media | 659 km. |
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