Publicado el 27/12/2011 19:15
La familia Prius crece y ahora es el turno del hermano mayor en cuanto a tamaño, el Prius+, una denominación un tanto confusa ya que para algunos será “más” o para otros “plus”. Nace para satisfacer una carencia criticada por los usuarios de monovolumen, el consumo, que con sus 4.3 litros de media, marca el tope por abajo, al menos de momento –lo más eficiente que conocemos en estos momentos es el 1.6 dCi del Renault Grand Scénic con 130 hp y 4.4 litros de media-.
Pero también nace para dar servicio a los que quieren filosofía Prius pero necesitan más espacio, es decir, una mezcla entre Prius y monovolumen. El frontal es una evolución del híbrido que conocemos con ópticas ahora más alargadas. También evolucionan las ópticas traseras, ahora asociadas a un abrupto corte de la zaga, como es obligatorio en modelos de este tipo para aprovechar al máximo el espacio. Lógicamente el coche es más grande frente al modelo del que deriva (155 mm de largo, 30 mm de ancho y 85 mm de alto) y por lo tanto en cota de altura para la segunda fila de asientos (+45 mm), donde además, los tres asientos de nuestra unidad de pruebas van en niveles, los ocupantes de cada fila van 45 milímetros por encima de la fila precedente. También frente al Prius convencional aporta mayor cajuela si circulamos con cinco asientos ocupados -505 litros frente a 446-, pero sobre todo gracias a una tapa que nos da acceso a un segundo fondo más profundo.
El volante es de Prius, al igual que el pomo de la palanca ahora en posición más vertical, pero la consola central y el tablero evolucionan y mucho. Mayor ergonomía para la mano derecha del conductor e información sobre funcionamiento híbrido ahora mucho más integrado verticalmente en la consola central, no tan lejano, en otro plano, como estaba antes. Tenemos la sensación de contar con algo más de altura hasta el techo. Y ya que estamos en las plazas delanteras, entre ellas se ubican los 34 kilos de baterías de iones de litio –ocho kilos menos que las de níquel-metal-hidruro del modelo normal- necesarias para que este Prius monovolumen pueda también recorrer un par de kilómetros en modo eléctrico.
Nos ponemos en marcha. Arranque por botón en una posición más accesible visualmente, quitamos el freno de pie y comenzamos a andar en un modo eléctrico que podemos forzar nosotros durante los dos primeros kilómetros tocando el botón EV. Justo debajo está el botón del modo eficiente o Eco y por debajo queda la del modo Power, por si demandamos mayores prestaciones que irán ineludiblemente unidas al ruidoso cambio CVT.
Dicen que se han acortado desarrollos frente al Prius normal para poder equilibrar el sobrepeso de 80 kilos para el Prius+. El coche va plano, muy plano, demasiado plano... Nos preguntamos el porqué y nos informan de que lleva un sistema antibalanceo que busca que la carrocería esté siempre en la posición más horizontal posible, incluidas zonas de baches o de imperfecciones en el asfalto –también se han retocado suspensiones, que no esquemas, sobre todo en el eje trasero-. Pero es innegable que resulta confortable aunque algo perezoso de reacciones –quizás hemos probado demasiados Toyota distintos a la vez en la misma jornada- pero cumplidor para la tipología de vehículo que es, el primer monovolumen híbrido.
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