Publicado el 22/12/2011 19:15
Como ocurre con los autos de AMG, lo más interesante ocurre bajo el cofre, pues el preparador de casa de Mercedes-Benz es famoso por crear potentes máquinas con un torque capaz de ponerte la piel de gallina. Y estábamos muy curiosos por saber cómo se comportaría la ML 63 AMG con un motor más pequeño.
Para el 2012, la SL 63 AMG dejó de lado el motor de 6.2 litros y aspiración natural por un V8 de 5.5 y doble turbo que tiene una potencia de 525 HP y un par de 700 Nm, cifras que impresionan por sí solas, pero lo que más nos impactó fue la progresividad con la que los entrega. Por supuesto que te pega al respaldo si aceleras a fondo, pero en la ML 63 AMG lo hace siempre de un modo civilizado, incluso cuando aprietas a fondo el acelerador para hacer el 0 a 100 km/h en 4.8 segundos. Claro que si esto no te basta, existe un Performance Package que incrementa la potencia a 557 hp y 760 Nm.
La transmisión es automática de siete velocidades, con opción de modo manual para hacer los cambios en el volante, y tiene tres modos de conducción: ECO, en el que el ahorro de combustible es la prioridad, utilizando para ello un sistema Start/Stop que apaga y prende el motor automáticamente al detenerse, además de mantener el motor girando a bajo régimen. De hecho, la ML 63 AMG arranca en segunda en este modo. Pero si cambias a Sport o Manual, la Mercedes-Benz ML 63 AMG libera todo su potencial, convirtiéndose en una máquina que devora la carretera. De verdad que es difícil creer que uno va a bordo de una SUV de 2,345 kg.
Por ello es necesario estar atento al velocímetro, pues el aislamiento de la cabina es bastante bueno y en un parpadeo puedes ir a más de 120 km/h sin notarlo. Eso, claro, si es que logras acelerar de manera relajada, porque el sonido del motor a más de 6 mil vueltas es simplemente adictivo, los cuatro escapes rugen sin descanso, invitándote a ir cada vez más rápido. Cosa que pudieron comprobar varios periodistas durante la prueba cuando la Californa Highway Patrol se cansó de ver volar las ML 63 AMG sin tomar cartas en el asunto. Nosotros, tuvimos suerte y salimos bien librado, porque no íbamos precisamente lento… ¿quién podría hacerlo en un coche tan rápido?
La suspensión es neumática y tiene tres modos de conducción, Comfort, Sport y Sport plus, además de que tiene un sensor de velocidad que baja la camioneta a altas velocidades para hacerla más estable y aerodinámica. La verdad, no notamos grandes diferencias entre los tres, todas son un poco duras, pues la Mercedes-Benz ML 63 AMG es un vehículo pensado para los amantes de la velocidad y el manejo deportivo. Para tener más estabilidad, los ingenieros de Mercedes-Benz la dotaron de barras anti-vuelco activas en ambos ejes, que funcionan en conjunto con el Active Curve System, una ayuda electrónica que compensa el body roll al tomar una curva para mantenerla lo más estable posible.
En cuanto al interior, es suntuoso hasta decir basta, pues está prácticamente completamente forrado en piel. Desde los asientos, que ofrecen una excelente combinación de sujeción y confort, hasta el tablero y los paneles de las puertas. El cielo, los postes y las viseras están tapizadas en Alcántara, lo que combinado con la madera del tablero crea una atmósfera bastante lujosa. La verdad es que se esmeraron en hacer interiores de primer nivel.
Por supuesto, existen diferencias en la apariencia respecto a la Clase M, con una apariencia más agresiva, pero como una imagen dice más que mil palabras, los dejamos con nuestra galería de fotos para que la vean ustedes mismos y nos digan qué les parece.
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