Publicado el 23/11/2011 21:15
El calor se puede disipar con un buen sistema de refrigeración, el frío es más complicado de atenuar y a medio y largo plazo, mucho más dañino para el motor. El proceso de calentar el motor a 25 grados bajo de temperatura ambiente puede llevar más de una hora. En ese tiempo, los desgastes internos son muy altos pues las piezas no han dilatado suficiente como para que el ajuste de las mismas sea idóneo. Tampoco el aceite, a pesar de haber puesto un SAE 5 W, no fluye igual de bien, y por si esto fuera poco, las piezas metálicas pierden resistencia y se pueden quebrar con mayor facilidad. También el diesel puede llegar a complicar la vida de un motor. A muy bajas temperaturas, este combustible puede crear algunas partículas de parafina y obstruir las líneas de alimentación. Parece que por estas latitudes el combustible está ya preparado para que eso no ocurra, pero de cualquier forma el peligro está. La batería es otro de los elementos más comprometidos con este clima. El frío adelanta mucho más la “vejez” de este elemento y en cualquier situación puede perder toda su carga en pocos minutos. Para la ocasión, hemos comprado un accesorio que no es otra cosa que una especie de funda protectora con una resistencia eléctrica que se conecta a la red domestica cuando el auto se encuentra estacionado.
Por eso, y por la distancia y por el tipo de carreteras que estamos recorriendo, esta prueba supone un reto enorme para la Amarok, que con su motor TDI de última generación esta mostrando que lo puede todo.
Leer en integridad sobre www.automovilonline.com.mx