Publicado el 19/10/2011 03:15
Quizá porque el mercado norteamericano es muy grande y concede oportunidades de negocio impensables en otras latitudes o porque la sinergia con el grupo Chrysler funciona de maravilla, el grupo Fiat incorpora la submarca Abarth como una especialización deportiva de su actual icono, el 500.
Este simpático subcompacto no sólo posee una estética de inspiración racing, sino que recibe un tratamiento que optimiza su desempeño dinámico mediante mejoras en tren motor –turbocargado y eficiente-, amortiguación dura y una afinación de la suspensión que otorga un mayor placer al conducir.
De esta manera, los italianos quieren hacerse de una porción interesante en su tamaño dado el todavía vigente apetito por el alto desempeño y la diferenciación que puede dar una marca tan singular como Abarth.
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