Mercedes Benz C250: prueba de manejo

Publicado el 19/07/2011 00:15

Unidad probada

614,900 pesos

 

NOS GUSTA

  • Excelente calidad de marcha
  • Respuesta del tren motor
  • Acabados notables

 

NOS GUSTARÍA

  • Mejor controlador de la pantalla central
  • Freno de estacionamiento moderno
  • Mejor sensación del freno

 

INTIMIDADES

  • El navegador GPS es completo pero difícil de gestionar; requiere una clase de inmersión total para comprenderlo.
  • La cajuela posee buena boca pero sus bisagras simples no encajan.
  • Pese la actualización, todavía no surgen los sistemas de arranque sin llave en esta Clase de Mercedes.
  • Las ruedas son ligeramente diferentes en tamaño por eje; las más anchas predominan en el segundo.
  • Pese la sencillez de botones del volante, su accionamiento distrae mucho para ajustar nuevas estaciones o modos del equipo de sonido.
  • Por ser versión deportiva, el roce en los topes es constante; obliga a ser cuidadoso en la ciudad.

Si bien la plataforma no presume cambios importantes, salvo la obligada revisión de suspensión y motores, el nuevo Clase C posee suficiente modernización en su aspecto y equipamiento para mantenerlo en el actual sitio de mejor vendido en su segmento, los compactos Premium.

Su éxito comprueba que el consumidor mexicano de buenos ingresos todavía exhibe hábitos tradicionales, sin demeritar el reconocimiento de la marca dondequiera que ruede uno de sus ejemplares.

 

LAVADO DE CARA

El frontal nos llama la atención por el estreno de una parrilla más grande -estrella dominante- así como fascias que otorgan un aire severo, casi señorial. A los costados destacan los rines de 17 pulgadas y los discos perforados con ranuras, ambos elementos del paquete AMG que presume este C250 en la versión denominada Sport. Por atrás, los cambios son minúsculos, estéticos mínimos para mantener equilibrio en las formas.

 

Donde surge un salto respecto al modelo pasado es el interior. Nuevos plásticos y materiales de mejor tacto así como ensambles de mayor solidez  conceden una cabina agradable, cálida gracias a un diseño sobrio y actual.

 

En este tenor de modernidad destaca el equipamiento como las pantallas tanto de la cúpula como la central; en ambas pueden observarse las funciones del navegador GPS -de serie en la versión Sport-, del excelente equipo de sonido y la diversidad de fuentes que acepta. También visualiza otras actividades como la conexión Bluetooth, el aire acondicionado y funciones de personalización.

 

A LA MEDIDA

La visibilidad, como buen Mercedes, es pronta e intuitiva: basta rodar unos kilómetros para compenetrarse de inmediato con el tamaño de este auto. Es como ponerse un traje hecho a la medida, con nuestras costumbres de conducción incluidas. Los asientos delanteros recogen perfectamente cualquiera que sea nuestra humanidad: sus ajustes, ubicados en la puerta, permiten una posición cómoda fácilmente.

 

Sólo la segunda fila puede resultar algo reducida para adultos de altura superior al 1.8 metros. De otra manera, no hay dificultad para acomodarse.

Ya puestos al volante, el rodaje de este renovado C apenas nos revela algo nuevo.

 

La calidad de marcha resulta casi excelsa, un poco más firme de lo esperado en virtud del paquete deportivo, pero en todo momento sabemos qué transcurre entre los neumáticos y el pavimento.

 

Su dirección también filtra bien las irregularidades excesivas, dejando transminar poca pero suficiente información a nuestros dedos. Porque en tramos citadinos y de baja exigencia, basta con llevar las yemas en los puntos más comunicativos del volante para saber cómo viajamos. Tanta confianza que puede ser sorpresiva en caso de acostumbrarse demasiado rápido a tan indulgente sensación.

 

En carreteras de montaña, luce un comportamiento prácticamente neutral gracias a la consistencia de la retroalimentación proporcionada por todo el chasís y sus elementos principales: ruedas, dirección y suspensión. Sólo surge un casi imperceptible subviraje en curvas muy cerradas, ocasión de afinación precautoria antes que deportiva.

Acompaña correctamente el tren motor, interesante combinación de un cuatro cilindros turbocargado de 1.8 litros de 204 HP acoplado a una efectiva transmisión automática de siete relaciones, exactas en su escalonamientos. Un logro más apreciable si conectamos el modo Sport o Manual, que explica las manetas tras el volante.

 

En el primero, la caja supervisa nuestras acciones a los pedales y volante para conservar al 1.8 litros por arriba de las 2,500 rpm, un poco antes de que surga su mejor zona de par. En el segundo, la caja sólo cambia de relación si frenamos o al rozar la zona roja del tacómetro -6,500 rpm-, siempre con afán protector.

 

El tercer modo, llamado E -Economic-, busca mantener la mejor relación en la franja inferior del tacómetro a efecto de reducir el gasto de combustible. Claro, las manetas conectan el modo Manual en cualquiera de los otros dos al sólo pulsarlas y no cambia hasta que lo decida el conductor. Excelente opción para el entusiasta que afronte una zona de curvas de manera sorpresiva o si prefiere dominar el actuar de la caja.

 

Su carácter germano de alta velocidad aflora en las autopistas, donde los ritmos de 170 a 180 km/h resultan demasiado normales para el conductor común. Pero terriblemente agradables para el amante de los viajes largos y veloces. En todo momento se percibe el dominio del auto.

 

Solo el suave tacto de los frenos acusa su orientación lujosa, pues la respuesta no siempre resulta inmediata en los primeros centímetros del recorrido del pedal. Hay que acostumbrarse a pisar un poco más fuerte.

VALE LO QUE CUESTA

Una renovación que deja muy bien parado a este Clase C, exitoso en lo comercial pese la imagen tan tradicional que todavía exudan sus líneas teutonas. Su precio, más de 600 mil pesos, lo ubica como una opción más exquisita y especial que los primeros escalones de la gama.

 

Su competencia comprende a los mejores ejemplares de BMW y Audi, los cuales poseen su propio séquito de incondicionales. Sin embargo, este C250 puede satisfacer más que el ego y status de su futuro dueño; también complace la pasión por la conducción aplomada, casi perfecta para tratarse de un sedán compacto. Eso sí, Premium en toda la extensión de la palabra.

 

FICHA TECNICA MERCEDES BENZ C250

Motor  
Situación Delantero longitudinal
Nº de cilindros Cuatro en línea
Bloque / cabeza Fundición / aluminio
Distribución DOHC, 24 válvulas
Alimentación Inyección directa con turbo
Cilindrada 1,796 cc / 1.8 l
Diámetro x carrera 82.0 x 85.0 mm
Compresión 9.3:1
Combustible Gasolina, 92 oct
Potencia máxima 204 HP a 5,500 rpm
Par máximo 310 Nm (228 lb-pie) entre 2,000 y 4,300 rpm
Transmisión  
Caja Automática, 7 velocidades
Tracción Trasera
Embrague Convertidor de par
Relación diferencial 3.07 :1
Bastidor  
Susp. del. MacPherson c/3 brazos
Susp. tras. Multibrazo, 5 elem.
Elem. elástico Resortes helicoidales
Estabilizadora del / tras. Sí / sí
Frenos del. Discos vents./barrenados
Frenos tras. Discos ventilados
Asistencias ABS, ESP, BAS
Dirección Hidráulica, variable
Giros / ø volante 2.5 / 37 cm
Diámetro de giro 10.8 m
Neumáticos 225/45 R17 91W delante; 245/40 R17 91W atrás
RENDIMIENTOS  
Vel. máxima 240 km/h
Acel. 0-100 km/h 7.2 s
Consumo en ciudad 11.1 km/l
Consumo en carretera 17.8 km/l
Consumo medio 15.6 km/l
Emisiones de CO2 161 gr/km

www.automovilonline.com.mx :

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