Publicado el 18/05/2011 02:15
Hasta la llegada de las cajas CVT (Continuously Variable Transmission) a los automóviles, las transmisiones de los mismos estaban conformadas en su gran mayoría por un tren de engranes de diferentes tamaños que se diseñan de manera manual o automática, según su sistema de accionamiento, para exprimir el potencial del propulsor al máximo y arrancar con facilidad en cualquier situación, lograr subir una pendiente o alcanzar grandes velocidades.
En sus inicios, las transmisiones continuamente variables se usaron en pequeñas máquinas como scooters o motonetas, debido a que no eran capaces de soportar el torque de un motor de un automóvil. Sin embargo, su evolución permitió comenzar a usarlas en este tipo de vehículos desde hace algunos años.
ADIOS ENGRANES
El principio mediante el cual trabaja una caja CVT es muy simple. De hecho, se habla de un boceto creado por Leonardo da Vinci que conceptualiza justamente el principio de funcionamiento de esta máquina.
En esta transmisión se eliminan todos los engranes, sin importar su número, y por tanto, una cantidad fija de cambios posibles entre motor y neumáticos; así se crea una cantidad casi infinita de relaciones.
Esto se logra mediante un par de poleas de diámetro variable que se conectan entre sí mediante una banda fabricada principalmente en acero. Estas ruedas modifican su diámetro alternativamente mediante un actuador que empuja su costado. Esto es, si una crece la otra disminuye de tamaño, cambiando también la pista sobre la que se mueve la correa.
Los cambios se traducen en una diferencia de velocidades entre los ejes de las poleas siempre cambiante, y por no existir una relación fija entre ellas, se dice que es infinita ya que la correa o banda usa siempre cualquier punto de la rodadura.
La principal ventaja en una caja de estas características es que se puede ajustar la electrónica para que trabaje en el mejor rango de par o de potencia, se puede programar para trabajar al gusto del ingeniero o clientes, todo para obtener mejores consumos y lograr una mejor suavidad de funcionamiento, aunque hay marcas que para simplificar su funcionamiento crean escalones ficticios que actúan como relaciones fijas.
Uno de los principales retos de este tipo de transmisiones es su baja capacidad para manejar cifras de torque muy altas, lo que ocasiona que la banda patine. Para compensar este problema, las CVTs de última generación mantienen por más tiempo una “relación” baja.
Las cajas CVT apenas se montan en algunos modelos de diferentes marcas y tienen un arduo camino por recorrer, pero sus cualidades facilitan el manejo diario y lo hacen más cómodo y eficiente. Su perfeccionamiento y evolución está justificado además por su sencillo fundamento de funcionamiento
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