Publicado el 10/05/2011 02:15
AMG es el preparador de casa de Mercedes-Benz, creador de los autos más salvajes y veloces de la firma de la estrella, como el SL65 AMG Black Series o el más reciente C63 AMG, pero su radio de acción no se limita ‘simplemente’ a mejorar lo existente, también se encargan de desarrollar nuevas tecnologías.
La empresa fue fundada en 1967 por Hans-Werner Aufrecht y Erhard Melcher, de cuyos apellidos tomaron las primeras letras para formar el nombre; la última vino de Grossaspach, lugar de nacimiento de Aufrecht, en Alemania. Ambos habían trabajado para Mercedes-Benz y se autodenominaban como “especialistas en ingenieria, diseño y pruebas de motores de competencia.
¡Victoria!
En sus inicios, AMG se dedicó exclusivamente a construir autos de carreras basados en el Mercedes-Benz 300 SE sedán para competir en las carreras europeas de turismos. El primer éxito llegó en 1971, cuando un Mercedes 300 SEL –con seis faros y sin defensa delantera- ganó su categoría en las 24 Horas de Spa, en Bélgica y sentaría las bases para una de las reputaciones más respetadas en el automovilismo.
Pero un año antes de esta victoria AMG había comenzado comercializar partes de alto rendimiento para Mercedes-Benz, así como a personalizar autos de clientes en Europa y otras partes del mundo. La transferencia de tecnología de la pista de carreras a los autos de producción siempre fue parte de la filosofía de la compañía y en poco tiempo AMG se convirtió en el preparador por excelencia de Mercedes-Benz. Durante los años setenta y ochenta AMG desarrolló varios modelos de alto rendimiento basados en los sedanes y coupés de la marca de la estrella, los cuales llevaban motores Mercedes fuertemente modificados y cambios probados en la pista a la suspensión y frenos, así como rines de aleación AMG y llantas más anchas. Es decir, un paquete completo de alto desempeño.
Los años maravillosos
Los setentas fueron una buena época para Mercedes-Benz, lo cual también benefició a AMG, por lo que las instalaciones de la compañía tuvieron que moversde de Burgstall a Affalterbach en 1978. Ocho años más tarde, en 1985, AMG abrió su segunda planta y contrató a su empleado número 100. A mediados de los ochentas, AMG atraía a clientes de todo el mundo e incluso fabricaba autos hechos bajo pedido para clientes internacionales (suponemos principalmente de Medio Oriente) y esto no hizo mas que fortalecer la reputación de la firma de ser el mejor preparador de Mercedes-Benz del mundo.
En 1990, Mercedes-Benz –entonces propiedad de DaimlerChrysler- se dio cuenta de la importancia de AMG para sus clientes (y como una lucrativa unidad de negocio) y firmó un acuerdo de cooperación con AMG mediante el que distribuidores de la marca venderían autos modificados, aumentando aún más la aceptación entre los clientes. Esto obligó a otra expansión de la compañía, que abrió una tercera planta en 1990 y aumentó su fuerza laboral a 400 personas.
Pero no fue sino hasta 1993 que AMG cruzó oficialmente el Atlántico con la llegada del Mercedes-Benz C36 a Estados Unidos, un mercado que se convertiría, con el paso de los años, en el más importante para la empresa, acaparando un 40% de la producción total de AMG.
A finales del siglo XX, Mercedes-Benz decidió comprar AMG, lo cual significó un nuevo crecimiento para la compañía, para lo cual se amplió la planta de Affalterbach en 2003, dejándola con una superficie de casi 40 mil metros cuadrados. Actualmente, AMG tiene cerca de 600 empleados y se encarga del desarrollo de motores, transmisión, chasis, frenos, aerodinámica, interior, diseño, ventas y marketing de todos los autos AMG.
“Un hombre, un motor”
Tras la expansión, AMG es capaz de producir 100 motores diarios en su nueva fábrica, en la que trabajan 45 técnicos altamente calificados que siguen el principio de la marca de “un hombre, un motor”, pues cada motor es ensamblado y supervisado por un solo técnico, quien, una vez finalizado y satisfecho con el resultado, estampa su firma en una placa grabada.
Actualmente, la importancia para el mundo de las carreras de AMG se ve reflejada en que un impresionante Mercedes-Benz SLS AMG es el Safety Car en la Formula 1.
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