Publicado el 02/05/2011 23:15
Aunque el tuning como tal es un fenómeno que parece reciente, la verdad es que es casi tan antiguo como el automóvil, pues se conoce de la existencia de Ford A modificados. Pero es indudable que a partir del estreno de Rápido y Furioso, este movimiento comenzó a vivir un auge y cada vez era más común ver en las calles coches con rines, alerones y sonidos muy diferentes a lo que tenían cuando salieron de la línea de montaje.
Realmente, las películas, especialmente las primeras tres Rápido y Furioso, Más Rápido y Más Furioso y Rápido y Furioso: Reto Tokio, nunca tuvieron mayor trama, sino que se centraban en espectaculares persecuciones, hermosas chicas en diminutos atuendos interesadísimas en los autos e historias por demás inverosímiles. Las dos más recientes, Rápidos y Furiosos y Rápidos y Furiosos 5in Control, mostraban algo más de historia, aunque las persecuciones seguían siendo el ingrediente principal.
Pero quizá lo más trascendente es la importancia que Vin Diesel, en su papel de Dominic Toretto, tomaba. De hecho, hay quienes afirman que el éxito de la saga se debe a que Vin Diesel ha tomado la estafeta de los grandes héroes de acción, como Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenneger y, de hecho, será recordado por éste papel.
Y aunque mucha gente ve estas películas como meros “churros”, su éxito con la audiencia es innegable, pues Rápidos y Furiosos recaudó 363 millones de dólares a nivel mundial, convirtiéndose en su momento en la película de autos más taquillera de la historia. Pero la quinta parte la superó con creces, pues hasta hoy lleva reunidos 441 millones de dólares y eso que aún no se estrena en Japón. ¿Alguien tiene alguna duda de que habrá una sexta?
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