Publicado el 15/02/2011 02:15
Afortunadamente los malayos de Protón han sabido entender muy bien a la marca, manteniendo intactos sus valores, incluida la fabricación en Inglaterra. También han conseguido relanzarla y diseñar un plan de futuro que incluye la puesta en escena de nuevos modelos. La cereza del pastel la pone su retorno a la Fórmula 1. ¿Quién lo iba a decir hace solo unos años?
MUY CONSERVADOR
Desde que salió el Elise ha cambiado muy poco. Algunas diferencias se pueden apreciar en el plano estético, también hay nuevos motores y ha mejorado notablemente la calidad de realización y acabados, pero cuando uno se sienta a los mandos, la sensación es que se trata básicamente del mismo coche.
Acceder al habitáculo con la capota puesta sigue siendo igual de complicado que siempre, de ahí que lo ideal sea conducir el coche a cielo abierto, que es para lo que está concebido. El toldillo que hace las veces de capota se puede alojar en la pequeña cajuela, donde también caben un par de maletas de viaje; lo mínimo para pasar un fin de semana fuera de casa en pareja.
La versión del Elise utilizada para la ocasión monta el motor 1.6 de origen Toyota. Pero, como bien saben los más entendidos, además de esta mecánica también existe un 1.8 litros en variantes de 189 HP y 217 HP, éste último alimentado por compresor, un propulsor que también se emplea en el Exige, modelo que se puede considerar la versión cerrada del Elise.
Al margen del dilema que supone entrar y salir del habitáculo, el Elise es un coche que se desenvuelve muy bien por ciudad. Es muy manejable, ágil y agradable de conducir, gracias a un motor que responde muy bien, y a una caja de velocidades rápida y de gran precisión en las inserciones. Los mandos son suaves y únicamente en las maniobras de estacionamiento la dirección mecánica resulta un tanto pesada; tampoco ayuda un volante de pequeñas dimensiones y con una desmultiplicación muy rápida. Aunque ahora cuenta con alfombra y está mejor insonorizado, el coche es bastante espartano, con un cuadro de instrumentos que podría pasar por el de una moto.
Y apenas hay espacio para el teléfono celular. Los lujos se reducen al aire acondicionado, un original portavasos en aluminio y a un radio con CD que sólo resulta útil a baja velocidad, ya que el coche es bastante ruidoso. La disposición al volante es buena, con las piernas estiradas y un volante bien ubicado, pero el asiento que sólo permite ajuste en profundidad, obliga a llevar una postura un tanto acostada. Es como si se estuviera a los mandos de un monoplaza, ya que además se va muy bajo, casi a ras de suelo.
QUIERE LIBERTAD
El Elise pide a gritos explorar rutas más despejadas cuanto antes, pero lo cierto es que la autopista tampoco es su terreno favorito. El motor se muestra voluntarioso, sube muy bien de revoluciones y responde a cualquier régimen, aunque los 134 HP que desarrolla se quedan un tanto escasos en trazados muy veloces. Es mejor tomarse las cosas con calma y disfrutar del viaje a cielo abierto si uno no quiere volverse completamente loco, ya que a alta velocidad es un coche muy ruidoso.
Para disfrutar plenamente del Elise, de su ligero y afinado chasis de aluminio no queda más remedio que buscar cuanto antes carreteras de montaña, mejor de buen piso y mucho más si se trata de un circuito cerrado, ya que es un coche ideal para Track Days. Un escenario perfecto para pasarla como “enano” a los mandos del Elise, ya que su conducción es lo más parecido a pilotar una barqueta de carreras. Para estos menesteres el voluntarioso motor 1.6 resulta suficiente, beneficiado por una caja de velocidades muy bien escalonada y sumamente eficaz.
Con un peso que apenas supera los 900 kg, un bastidor muy rígido y unas suspensiones de paralelogramo deformable muy elaboradas, el pequeño deportivo británico de motor central tiene la agilidad de un kart y atiende con una sorprendente rapidez y precisión a las órdenes que recibe del conductor. Permite así apurar hasta límites insospechados tanto a la hora de frenar, como si uno se empeña en buscar los límites de adherencia en curva.
A base de modular con el gas o corrigiendo con el volante se puede rodar en el "filo de la navaja" con una facilidad asombrosa, mostrando un ligero subviraje en los giros más cerrados y cierta tendencia a soltar la trasera en curvas más veloces si se afloja ligeramente la gas, pero demostrando siempre nobleza y buenas maneras, incluso desconectando el control de tracción que es, por otra parte, la única asistencia a la conducción con la que cuenta.
No cabe duda, el Elise es un coche con el que se puede disfrutar muchísimo, pero dado su carácter extremo y el escueto tamaño de su habitáculo, básicamente sólo sirve para “jugar”. Un coche de capricho en el amplio sentido de la expresión.
PALABRAS MAYORES
El recién nacido Evora también es un deportivo bastante radical. Pero se trata de un coche mucho más serio, más grande y de mayores pretensiones a todos los niveles. Eso sí, mantiene con plena vigencia los valores de la marca y prueba de ello es que el peso se ha intentado limitar al máximo. Para esto, tanto el chasis como la carrocería están construidos íntegramente en aluminio.
Como el Elise, cuenta asimismo con una arquitectura de motor central, suspensiones de paralelogramo deformable en ambos trenes y un equipo de frenos a la altura de las exigencias. Pero antes de seguir ahondando en aspectos técnicos, conviene apuntar el acertado diseño de su carrocería. Es algo bastante personal, pero en los días que hemos convivido con el Evora, no hemos encontrado a nadie que no le gustara.
Es un coche de mayores dimensiones, pero las similitudes con los Elise y sobre todo con el Exige, resultan evidentes. El resultado es un deportivo de formas muy proporcionadas y agresivo aspecto, que ofrece muchos atractivos desde el punto de vista estético. El interior cuenta con una configuración 2+2, si bien las plazas traseras sólo resultan aptas para niños o como apoyo a una cajuela de exiguas dimensiones.
Por su parte, las delanteras son lógicamente bastante más amplias que las del Elise, pero el acceso también exige algunas dotes de contorsionista que se reducen considerablemente si se tiene la precaución de atrasar lo máximo posible el asiento del conductor para entrar y salir.
Nada que ver con el Elise, la terminación y los acabados que ofrece el Evora. Sin demasiadas concesiones al lujo, el tablero ofrece un diseño minimalista de gran atractivo visual y notable calidad, mientras que el equipamiento puede ser muy completo si vemos la lista de opciones.
Mucho más cómodos que los de su hermano menor, los asientos deportivos que monta el Evora ofrecen buena sujeción y la postura que tienen está muy conseguida. Horrible es la visibilidad hacia atrás, nula en tres cuartos por los enormes montantes,de ahí que la cámara de estacionamiento trasero sea una opción más que recomendable.
TIRÁNDOLE A MÁS
No hay que recorrer muchos kilómetros a los mandos para darse cuenta que sus pretensiones van mucho más allá que en el Elise, si bien es verdad que a los mandos también se tiene la sensación de estar a bordo de una barqueta o un monoplaza de competición como se podrá comprobar más adelante.
Su conducción resulta eso sí bastante agradable, permite viajar confortablemente y sin problemas para escuchar la radio cuando se rueda a velocidades elevadas por autopista. Es un deportivo radical por planeamiento, un digno rival del Porsche Boxster Spyder, si bien es verdad que gracias al techo metálico resulta más apropiado para la utilización como coche de diario.
En esto tiene mucho que ver el funcionamiento del V6 de 3.5 litros de origen Toyota que le anima. El seis cilindros nipón ofrece una respuesta muy suave, lineal y sumamente agradable, resultando además muy silencioso e incluso demasiado plano para un deportivo. Tanto es así que la sensación que transmite este motor es casi la de estar manejando un sedán de lujo.
De todas formas y si bien es verdad que ofrece un rendimiento bastante elevado, se echa de menos una “patada” más consistente y, sobre todo, un temperamento algo más deportivo. Hay que tener en cuenta que el coche va muy sobrado de bastidor y que admitiría sin problemas más caballos.
No habrá que esperar demasiado, ya que el Evora S alimentado por compresor con 345 HP llegará a final de año, para cerrar mejor la oferta.
De todas formas, conviene apuntar que la versión que protagoniza estas páginas consigue unas prestaciones bastante elevadas que le sitúan por delante del Nissan 370, o incluso del Porsche Cayman, por citar algunos ejemplos. En esto lógicamente tiene mucho que ver la caja Sport de relación cerrada que se ofrece en opción —montada en la unidad de pruebas— y que a nuestro entender es irrenunciable, ya que la transmisión normal ofrece un escalonamiento muy abierto y poco adecuado para un modelo de marcado talante deportivo como este. Por cierto, que su accionamiento, si bien tiene unos recorridos de palanca un poco largos, resulta bastante rápido y preciso.
SIN QUEJAS
El Evora es mucho más práctico y utilizable que el Elise, un coche para disfrutar por todo tipo de carreteras y autopistas pero, como su hermano menor, donde de verdad se encuentra en su salsa es en los trazados más sinuosos y también resulta muy apropiado para los Track Days en circuito. El comportamiento viene marcado por el ADN de Lotus, con lo que no es de extrañar que gire completamente plano, que ofrezca una precisión fabulosa en las trazadas y un equilibrio envidiable de reacciones.
Es un coche con el que se siente perfectamente la carretera, que invita a atacar sin contemplaciones y, como su hermano menor, a rodar siempre jugando con los límites de adherencia, si bien es verdad que en este caso la trasera es algo más inquieta, ya que son más los caballos a domar y como única ayuda que se ofrece al conductor, hay control de tracción. Mención especial para los frenos, ya que estos son súperpotentes y parecen aguantarlo todo.
Con todo esto no es de extrañar que el Evora ofrezca una enorme eficacia y un placer de conducción muy elevado, que se verá incrementado notablemente con la esperada version S.
Es una verdadera pena que una estúpida avería de última hora en la caja nos haya impedido realizar las pruebas que habitualmente realizamos, por lo que quedan pendientes algunos datos.
El Elise 1.6 es una buena alternativa para entrar en el “mundo” Lotus, pero no cabe duda que las versiones con motor 1.8 litros y especialmente la sobrealimentada resultan mucho más excitantes y placenteras a la hora de conducir y precisamente es eso lo que busca el cliente de esta mítica firma británica.
Con el Evora, Lotus aterriza en un segmento del mercado mucho más alto y exclusivo, entrando en competencia directa con deportivos de gran pedigree, pero conservando intactos los valores y el ADN de la marca.
Es un coche muy satisfactorio en líneas generales, con un buen nivel de lujo, pero a los que no tengan excesiva prisa y no les importe engordar algo la ya de por sí elevada factura de compra, yo les aconsejaría esperar al Evora S que llegará a principios del 2011.
En conclusión... Dos deportivos para disfrutar conduciendo. El Elise en el sentido amplio de la palabra, es un vehículo con un planteamiento extremo y especialmente diseñado para pilotar en circuito o sinuosas carreteras de montaña. El Evora es un coche más serio, utilizable incluso para el día a día, pero también se encuentra en su salsa rodando al límite. Sólo para entusiastas.
Motor | ||
Situación | Central transversal | Central transversal |
Nº de cilindros | Cuatro en línea | Seis en V a 60° |
Bloque / cabeza | Aluminio / aluminio | Aluminio / aluminio |
Distribución | DOHC, 16 válvulas, VVT | DOHC, 24 válvulas, VVT |
Alimentación | Inyección multipunto | Inyección directa |
Cilindrada | 1,598 cc / 1.6 l | 3,456 cc / 3.5 l |
Diámetro x carrera | 80.5 x 78.5 mm | 94.0 x 83.0 mm |
Compresión | 10.7:1 | 10.0:1 |
Combustible | Gasolina, 92 oct | Gasolina, 92 oct |
Potencia máxima | 134 HP a 6,400 rpm | 276 HP a 6,400 rpm |
Par máximo | 160 Nm (118 lb-pie) a 4,400 rpm | 342 Nm (252 lb-pie) a 4,700 rpm |
Transmisión | ||
Caja | Manual, 6 velocidades | Manual, 6 velocidades |
Tracción | Delantera | Delantera |
Embrague | Monodisco en seco | Monodisco en seco |
Relación diferencial | 4.29 :1 | 3.77:1 (1ª-4ª); 3.23:1 (5ª-6ª) |
Bastidor | ||
Susp. del. | Triángulos sobrepuestos | Triángulos sobrepuestos |
Susp. tras. | Triángulos sobrepuestos | Triángulos sobrepuestos |
Elemento elástico | Res. helicoidales | Res. helicoidales |
Estabilizadora del / tras. | Sí / sí | Sí / sí |
Frenos del. | Discos vent., 282 mm | Discos ventilados y barrenados, 350 mm |
Frenos tras. | Discos vent,, 282 mm | Discos ventilados y barrenados, 332 mm |
Asistencias | ABS, TC | ABS, TC |
Dirección | Mecánica | Hidráulica |
Diámetro de giro | 10.7 m | 10.1 m |
Neumáticos | 175/55 ZR16 adelante; | 225/40 ZR18 adelante; |
225/45 ZR17 atrás. Yokohama Advan | 255/35 ZR19 atrás. Pirelli PZero | |
RENDIMIENTOS | ||
Vel. máxima | 204 km/h | 261 km/h |
Acel. 0-100 km/h | 6.5 s | 4.9 s |
Consumo en ciudad | 12.0 km/l | 8.0 km/l |
Consumo en carretera | 20.0 km/l | 15.4 km/l |
Consumo medio | 15.8 km/l | 11.5 km/l |
Emisiones de CO2 | 148 gr/km | 205 gr/km |
Carrocería | ||
Peso/báscula | 860/930 kg | 1,380/1,405 kg |
Largo x Ancho x Alto | 378 x 172 x 117 cm | 434 x 185 x 122 cm |
Distancia entre ejes / vias | 230 / 145 - 150 | 257 / 156 - 157 |
Cajuela | 115 l | 160 l |
Nuestras Mediciones | ||
Aceleración/rebases | ||
Acel. 0-100 km/h | 7.42 s | 5.37 s |
Acel. 0-400 m | 15.36 s | 13.60 s |
Acel. 0-1,000 m | 28.87 s | 25.01 s |
20-120 km/h | 11.72 s | 8.61 s |
70-120 km/h | 6.57 s | 7.42 s |
Velocidad máxima | 200 km/h | 250 km/h |
Frenadas | ||
140-0 km/h | 75.1 m | 67.0 m |
100-0 km/h | 32.6 m | 33.3 m |
CONSUMOS | ||
Ciudad km/l | 10.1 | 7.7 |
Carretera km/l | 8.1 | 7.7 |
Media (70, 30%) | 9.5 | 7.7 |
Dinamómetro | ||
Potencia | 134.6 HP a 6,750 rpm | 278.5 HP a 6,560 rpm |
Par | 158 Nm (116 lb-pie) a 4,300 rpm | 342 Nm (252 lb-pie) a 4,780 rpm |
Relación peso/potencia | 6.70 kg/HP | 4.90 kg/HP |
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